miércoles, marzo 08, 2006

carTa:::::

recorro el pasto que tantas veces ha sabido responder parte de mis pensamientos.
siento como las lágrimas caen sin ningún orden ni espera.
siempre ha sido así: sé lo que es llegar al borde del dolor.
sé lo que es convivir con el dolor día a día...

lo que no sé, es cómo no enfrentarlo, como hacerte la tonta y pasar de largo frente a él,
que se olvide un ratito de tí,
que haga vista gorda de tu vacío.

cómo pedirle de rodillas que esta vez despedirme o saludar no duela,
cómo rogarle que me ayude a olvidar lo que nunca quise recordar,
lo que siempre sentí tan mío,
lo que iba a ser eterno si sentíamos lo mismo,
si soñábamos,
si pensábamos que todo valía la pena.

pero ahí está, a la vuelta de mi esquina.
y se ríe de mi cobardía, y piensa que soy más débil de lo que creía.
tiene razón, nunca voy a estar preparada para llorar a mares, para angustiarme, para salir gritando, para dormir y sólo olvidar.

por que el recordar es sólo una parte del optar,
por que entre el destino y el fracaso hay un margen de error demasiado chico,
por que el equivocarme es sentir un terror indescriptible,
por que si me quedo sola, no sé como despertar.

me acostumbraste demasiado a caerte antes de mí,
a hacer todo lo posible para que mis defectos no sean tan tangibles,
si podías; siempre impediste todo dolor, toda lágrima,
y no sé si voy a poder respirar con un hueco gigante adentro.

a tu lado siempre me sentí protegida,
siempre me sentí dentro de tí...

pero ahora es mi responsabilidad seguir soñando o caer a la tierra.
o llorar de rabia, o nostalgia, o claro, del recuerdo eterno que nunca se va, nunca se olvida, sólo se transforma para que duela un poco menos.

por que el amor tiene demasiados matices,
por que me duele demasiado doler,
por que no aguanto esta angustia...

es que necesito volver a renacer