jueves, agosto 05, 2010

El placer de hacer exacto lo incorrecto:::.::.:.:.:


Nunca le pongo título a lo que escribo.
Sólo lo hago cuando lo que voy a escribir, no tiene pies ni cabeza, pero el título unifica todo.
Así que vamos.

Exacto, aquí, contigo, ahora.
En este momento porque eso quiero y eso basta,
Aquí porque es el mejor lugar,
porque vale la pena, acá créeme que siempre vale la pena.

Obvio, cuando nadie nos vea pero cerca de todos.
Sí, eso siempre hace del placer un gusto dulce en la boca.
Cerca? no, ni cerca ni lejos, lo suficiente para sentir que te tengo, pero que a la vez no tengo nada.

Besos, obvio. Pero a veces también, porque otras sólo bastan los ojos para decir lo que grita mi alma, pero tú caminas y no lo notas,
siempre caminas y nunca lo notas.

Pero acá estoy.
Acá estaré, mientras pase el tiempo y yo me haga la que no espero,
pero miento, porque internamente tengo un reloj contabilizando todos los minutos en los que fallaste,
tengo un calendario mental en el que anoto todos los días en los que no te atreviste, en los que no estuviste,

Y entonces, así tengo mi venganza: no decirle nada a nadie.
Callar, dejar volar tranquila la imaginación y jugar al jugar tan sólo por las ganas.

Me crees loca, extraña, un ser inteligible y a la vez tan común.
Me crees normal, pero algo te atraigo, eso lo tengo claro, lo que no sé es cómo quebrar esa barrera que nos puso la historia, que nos puso el tiempo, que nos pusimos y yo me puse porque de eso se trata la dulce venganza,
de eso se trata el placer,
de hacer exactamente,
lo más incorrecto posible.