Y creo a veces que las reglas bonitas tienen también su lado feo.
Y que siempre me sentiré sola en un grupo grande de gente, y siempre los miraré con desprecio por mirarme diferente.
Creo también que él siempre será la única persona que sabe de mi nada, que entiende de mi vació tonto y extraño,
que se ríe de lo que escribo y nunca me dice te amo si sobra el espacio,
Y también siento que muchas cosas quedan inconclusas si no cierras tú mismo los capítulos de tu vida,
y que las relaciones son las cosas más extrañas e inverosímiles que me han tocado experimentar.
Reir por la "buena onda", aguantar miradas odiosas, palabras sinsentido, estupideces varias...
Eso es lo que pasa cuando no te impones a la vida.
Cuando te dan ganas de no tener ganas, cuando no le pegas y le dices; "acá estoy, esto es mío".
Si algo me pasara, supongo que las lágrimas caerían solas, extrañas y latentes,
calientes, saladas,
y todo seguiría su mismo destino...
Esa soledad extraña que ya quieres, a la que te has acostumbrado, la que es tuya y te mira sarcástica porque lo logró, porque te puede, porque ya sabe cuál es la clave de todo lo mágico, de todo lo absurdo,
Viajar sin moverse de este Santiago,
leer sin dejar de pensar en tí,
comer pero cagarse de hambre,
De eso se trata la mañana idiota y blanca, cuando todo está frío y nadie te promete nada,
de eso está hecho los días que no valen la pena,
de eso estamos hechos las personas que te agotan, que nunca cambian,
De eso estamos hechos nosotros, los idiotas que nunca sabremos cómo amar...
sin dejar de doler...
