jueves, marzo 19, 2009

Pasajero en Trance::..::.::.:


PASAJERO EN TRANCE
“Charly García es el mejor ejemplo de lo que un artista puede llegar a ser”
Javier Martinez- Fundador del grupo argentino de blues Manal

Charly García es un Dios incomprendido. Está loco; se tira de un sexto piso a la piscina de un hotel, hace escándalos de vez en cuando y odia a sus fans, pero también es considerado el creador del rock en español, el autor de obras maestras y dueño de una capacidad de composición increíble que nace de una genialidad innata.
Para muchos, como para mí, mi apasionamiento no es objetivo, después de Bob Dylan, viene Charly. Es autor de temas que supieron absorber la historia de Argentina en su peor, o mejor momento, y en su país lo adoran por ser capas de describir sus éxitos y sus heridas. Les duele en el alma cuando ven a su ídolo internado en siquiatras, o regalándoles sombras de la luz que alguna vez los iluminó.
Aunque pocos lo entiendan, la respuesta a su genialidad es simple: los genios siempre han sido incomprendidos, los ha superado su perfección y han sabido hacer de su vida una obra de arte, sea para bien o para mal. Es cosa de mirar a Da Vinci, Beethoven, Einstein: todos genios dentro de su locura, todos seres lejos de este mundo.
Vengo a defender al argentino orgulloso, al creador de grupos de música maestros, pero más que nada vengo a hacer justicia porque no es culpa de Charly todo lo que le ha pasado; sino que el responsable ha sido su genialidad, y su contexto, y su vida, claro.

Carlos García tiene 58 años, pero físicamente pareciera que tuviera setenta. Siempre ha sido parte de largas fiestas, drogas, alcohol y exceso, pero la verdad es que es odioso que ese capítulo eterno de su vida lo califique dentro de la larga relación de la música con las drogas. Charly es mucho más que un shot del mejor éxtasis a las venas; es simplemente mucho más que horas y horas de material increíble; él hizo acordes, matices y tocó música de una forma que hasta ese momento no existía, gritó cuando todos callaban en un país dividido por el Golpe Militar, y se transformó, junto con el Flaco Spinetta en la inspiración de millones. Tal como él dijo previo a un recital en Puerto Madero donde juntó a 250.000 personas: “Músicos somos muchos. Artista no es cualquiera. Hay que bancársela”

Lamentablemente para todos sus seguidores, reconozcámoslo: Charly tiene serios problemas emocionales. Ha estado recluido demasiadas veces en Centros de rehabilitación y mentales, la mayoría de éstas contra su voluntad. Ha sido su madre, o Zoca – el amor brasileño de García- quienes se han encargado de salvarlo, ya que muchas veces ha estado al borde de la muerte. A pesar de estos continuos episodios, él sale de estos centros más desesperado por crear y por seguir su imparable estilo de vida.

Charly García tiene muchas historias memorables y anécdotas que hacen entender al músico, pero la verdad es que para entender al hombre hay que hacer un poco más de esfuerzo. Él nació con oído absoluto, distinción casi única en el mundo y que implica reconocer notas en cada sonido que escucha. Creció tocando en su piano sólo música clásica, pero a los 12 años le cambió su vida al escuchar a Los Beatles. Ha sido creador y frontman de grupos como Sui Generis junto a Nito Mestre, Porsuigeco, la sicodélica Máquina de Hacer Pájaros, y el menos conocido en Chile pero considerado por los críticos como su mejor grupo; Seru Giran.
Luego de estas arremetidas, llega en los ochenta el Charly solista, con canciones que son éxitos rotundos dando muestra de un estilo de música antes desconocido en Latinoamérica.Aunque Piano Bar es considerado el álbum cumbre de la historia del rock argentino, no será hasta la grabación en 1995 del disco MTV Unplugged que demostrará todo lo que es capas de hacer: en esta grabación se nota un Charly brillante, inspirador y que toca el piano de forma desbordante.

Luego de este haz de luz, la historia de Charly viene en picada. Aunque nunca dejó de hacer nuevos discos ni nuevas giras, el 2000 llega con su ya característica voz rasposa, el concepto Say No More (una frase inventada por él para rechazar las entrevistas que le llovían), ataques de ira en conciertos, e incluso negativas de salir a recitales cuando estaban todas las entradas vendidas.
Ante los atónitos ojos de su familia y fans, el otrora genio argentino se estaba autodestruyendo, cayendo en un espiral de caos y destrucción. Ya no quedaba nada de lo que alguna vez Charly soñó y creó, era sólo un avión cayendo en picada que alguna vez tendría que chocar. Y así ocurrió.

En junio del año pasado, luego de un ataque de ira, tuvo que ser internado en el Siquiátrico de Mendoza, y aunque nos dolió, renació tal como el Ave Fénix otra vez más de las cenizas para darnos un nuevo disco que saldría a finales del 2009. Por el momento éste cuenta con las participaciones de Nito Mestre, Pedro Aznar y Leon Gieco, quienes han declarado que García ha vuelto al sonido “limpio y profundo”. Pero más importante que el disco, es el cambio que ha mostrado; por primera vez en su vida después de sus choques, Charly García ha aceptado que tiene un problema. Por él, esperamos que así sea. Porque aunque ha declarado que; "Me quiero curar, quiero darles un Charly de lujo" para nosotros sigue siendo un mito que ha vivido más de lo que podemos agradecer. Y seguirá siendo un genio, comprendido por pocos, adorado por muchos, como siempre pasa con los que coexisten con sus días como obras de arte vivientes.