martes, agosto 31, 2010

coincidencias

Cruzar la calle y que él te roce la mano.
Creer que el universo se acaba en sus ojos.
Suponer que de los errores se aprende, y que de lo bueno también.
Crear espacios llenos de luz.

Tomar un poco de lo que siempre termina por dejarme un poco loca.
Enloquecer, sólo por darme el gusto de no ser cuerda.
Gritar, gritar la rabia que se acumula dentro.
Querer incondicionalmente, de adentro, sin ninguna razón, sólo porque sí.

Morder la ropa, sacarla rápidamente con la luz apagada.
Olerte y olerme, porque en eso está toda la magia.
Verbalizar lo que me ahoga el alma.
Atreverme a mirarte a los ojos.

Rozar tu mano mientras caminas...
coincidencias.

domingo, agosto 22, 2010

sentidos::.:::.:.::

La soledad se empecina en hacerse mi mejor compañera,
a pesar de que la hecho lo más posible lejos mio.
Pero es difícil; hoy es domingo y todo me recuerda a nosotros en nuestro mejor momento.
Cuando brillábamos, y la gente nos veía y yo me veía y me daba asco cómo nos amábamos,
porque era ese amor pegote, insano, irreal, tanto que construimos un mundo paralelo,
donde nos escondíamos de los que no nos entendían,
y hubo días en los que no salíamos de esa cama,
y otros en que la ciudad fue nuestra mejor aliada y nos dejó caminarla por dónde se nos dio la gana.

Pero ahora, no tengo dónde buscarte.
Tengo que aceptarme, cuando tengo ganas hace rato de mandar todo a la mierda.
De dejar de trabajar, de dejar de ir todos los días al mismo lugar, con la misma sonrisa, esperando siempre lo mismo: nada.

Debería estar lejos de aquí, afuera de este país que tanto amo pero que tanto me duele,
en dónde no hayan promesas que no cumplir,
ni menos besos infieles ni abrazos extraños, incómodos, de esos que es mejor nunca dar.

Así me pierdo entre la multitud extraña de mi mundo,
donde nadie es malo, donde nadie me hace daño, por el contrario; son todos tan buenos que me hacen llorar de la risa;
"Despierta" me gritan desde lejos, vivimos en el siglo XXI, nadie es tan bueno mientras el hombre exista, y sigo creyendo que encontraré a ESA persona,
a LA persona que me quite todas estas telarañas del alma,
que me acurruque entre sus brazos y me regale todo el calor del mundo,
a la persona que me acepte con todas mis heridas,
loca, injusta, rebelde con causa, tatuajes, tonteras y mi música a cuesta.

Tengo rabia, tanta rabia...
Me congelé, por tu culpa olvidé que es amar.
Me olvidé de lo que significa el poder sentir de verdad que ese otro es tu mitad, que te puedes entregar sin tener que poner una red abajo... y es que me he caído tantas veces, que el suelo me conoce más de lo que quisiera.

Sentida a más no poder con Dios, con ese Dios que no entiendo...
porque no sé esperar, porque me duele la espera, las ganas, el no poder dar besos, el no poder escribirte, el no poder leer sin pensar en que no tengo a nadie, a nadie que me escuche como alguna vez tú lo hiciste.

Intentamos despertar de este sueño imaginario, pero ambos sabemos que hace mucho no hay nada vivo. Estamos muertos, llenos de mierda por dentro, y nos contenemos porque sabemos que nadie más podrá entender esta locura.
Pero yo no me hago la tonta; sé perfecto que no eres quien creía que eras, no eres la persona que me acompañará en mis días dolorosos, en mis penas,
ya dejaste de ser mi compañero, y por todo lo que me duele ojalá nunca, pero nunca te olvides que fue todo TU culpa...

Sueño rabia, siento rabia, grito rabia.
Necesito de alguien que me diga "Cállate, abre los ojos, respira", pero en cambio sigo con este vacío incrédulo que me come por dentro, que me hace tanto mal,
y cuando bailo, cuando te bailo siento que nada ha pasado entremedio,
porque los rincones añejos siguen pegados a mi cintura,
porque al ritmo de la música me sigo sintiendo sola, profundamente sola,
porque me abrazan y no me tocan,
porque no hay nada para mirar, nada para leer, nada...
porque sin ti, sin mi, ya no hay nada.

lunes, agosto 16, 2010

la 100:::.:...:.::.

Esta es la entrada de mi blog número 100.
Debería hacer un análisis en mi vida, o por lo menos dármelas de intelectual y mirar para atrás, pero no quiero. Hoy, quiero escribir de ti.

De lo mal persona que eres.
Sí, y de las formas en que tu pelo cae cuidadosamente sobre tus hombros.
De todo lo que me recuerdas a esa radio, y porqué no decirlo, a lo que tocan en ella.

De todo lo que hemos fallado, y callado, y dicho a la cara.
De las razones oscuras de porqué hicimos lo que hicimos, aquella tarde, en aquella cama.
De cómo sale el sol todas las mañanas, aunque estemos en invierno.

De tu fuerza. De cómo esa fuerza me toca y me lleva lejos de todo lo mío, porque eres lo más puro, lo más real que tengo, y que nunca tendré.
De la forma en la que bailas cuando tienes ganas de impresionarme,
de cómo eres este hombre imaginario que ronda por mi cabeza y no me deja tranquila.

Porque sigo esperándote con los brazos abiertos, porque siento que tengo tanto que entregar...
porque no sé describirte sin pensar en otro, porque ese otro tampoco piensa en mi,
porque me acuesto a las 9 de la noche pensando en lo solo que es mi mundo.

Porque es tan simple encontrarte de nuevo, en mis recuerdos, y así volar lejos,
porque eres Buenos Aires siempre, aunque nunca has estado allá,
porque eres poesía pura, esa bien cursi de Neruda que alguna vez te dediqué,

Vuelve, porque mis días ya no son como quisiera, pero no te quedes mucho, porque nunca sé cuando me pierdo y no te querré más.
Porque así es, en este número cien, en el que por lo menos sé que huyo porque amo, es que también sé que el amor es eterno mientras dura lo que tengan que durar.

Y en este caso, nuestra fecha de expiración ya se acabó hace rato...

jueves, agosto 05, 2010

El placer de hacer exacto lo incorrecto:::.::.:.:.:


Nunca le pongo título a lo que escribo.
Sólo lo hago cuando lo que voy a escribir, no tiene pies ni cabeza, pero el título unifica todo.
Así que vamos.

Exacto, aquí, contigo, ahora.
En este momento porque eso quiero y eso basta,
Aquí porque es el mejor lugar,
porque vale la pena, acá créeme que siempre vale la pena.

Obvio, cuando nadie nos vea pero cerca de todos.
Sí, eso siempre hace del placer un gusto dulce en la boca.
Cerca? no, ni cerca ni lejos, lo suficiente para sentir que te tengo, pero que a la vez no tengo nada.

Besos, obvio. Pero a veces también, porque otras sólo bastan los ojos para decir lo que grita mi alma, pero tú caminas y no lo notas,
siempre caminas y nunca lo notas.

Pero acá estoy.
Acá estaré, mientras pase el tiempo y yo me haga la que no espero,
pero miento, porque internamente tengo un reloj contabilizando todos los minutos en los que fallaste,
tengo un calendario mental en el que anoto todos los días en los que no te atreviste, en los que no estuviste,

Y entonces, así tengo mi venganza: no decirle nada a nadie.
Callar, dejar volar tranquila la imaginación y jugar al jugar tan sólo por las ganas.

Me crees loca, extraña, un ser inteligible y a la vez tan común.
Me crees normal, pero algo te atraigo, eso lo tengo claro, lo que no sé es cómo quebrar esa barrera que nos puso la historia, que nos puso el tiempo, que nos pusimos y yo me puse porque de eso se trata la dulce venganza,
de eso se trata el placer,
de hacer exactamente,
lo más incorrecto posible.